Para brillar no es necesario apagar la luz de los demás, ni poner zancadillas, ni levantar muros infranqueables, ni buscar la excusa perfecta que te devuelva a tu trono imaginario, arrojando al fuego a otros o condenándolos al ostracismo…
Las estrellas no brillan por egoísmo, sino con el objetivo de compartir su luz con los demás… y cuando se juntan nacen las constelaciones y el cielo se convierte en un hermoso lugar que todo el mundo quiere observar desde su rincón.
«Hasta que no comprendamos que la vida es cooperación y no competición, seguiremos siendo ciegos caminando por un abismo».
Y ese abismo en el que jugamos a ser dioses empujando a otros al vacío, también se abre ante nosotros, esperando junto al karma a que demos un paso en falso… Veámosnos a un espejo, reflexionemos y dejemos de pedirle a los niños lo que nosotros no hacemos…
«Somos lo que decimos que somos cuando nuestros actos son coherentes con ello».
Educar no es solo dar la lección, sino predicar con el ejemplo. Por eso, no hay nada mas vacío que nuestras palabras cuando hacemos justamente lo contrario de lo que reivindicamos…. Y es que como reza la foto:
«Hay palabras que no dicen nada, y silencios que lo dicen todo.»
Paula Rodríguez.
Psicóloga General Sanitaria.